-El dinero no viene del cielo, se obtiene por esfuerzo y tenacidad. A veces por herencia y suerte, pero también hay que saberlo apreciar para conservarlo.
-El dinero sirve para cumplir ciertos deseos, por lo tanto es un vehículo para la obtención de servicios u objetos.
-Junto a otras variables como el conocimiento, sirve para la adaptación a la vida y para afrontar imprevistos o ciertas dificultades.
-Así como los padres ayudan a sus hijos a planificar el día, también deberían enseñarles a gestionar su propio dinero. Para ese fin sostenemos que cuando el niño aprenda a sumar y restar, fines del primer año, se puede fijar una semanada. En este periodo le podemos ofrecer algo donde deposite lo que le sobre, como una alcancía que puede ser virtual. Así el pequeño comienza a familiarizarse con el valor del dinero y de su gestión.
-Ayuda a priorizar los valores. El dinero no es algo negativo en sí mismo, pero sí es el único valor transmitido, se puede transformar en obsesión.
-Así como los padres imponen el hábito de ir al dentista para evitar futuros problemas, el
ahorro puede evitar futuros problemas que involucren la falta de dinero.
-Es importante mostrar la satisfacción del ahorro pues con tenacidad, de a poco conseguimos llegar a una meta propuesta. Los niños actuales quieren todo ya, sin esfuerzo y por eso no toleran ni la frustración ni la espera. En la vida hay que aguardar con paciencia y a veces luego de varios intentos, se logra lo tan deseado.
-Premiar el esfuerzo de ahorrar, no la cantidad de dinero ahorrado. No focalizar en la cantidad sino en la conducta ahorrativa para estimular el proceso del ahorro.
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